El debate cultural detrás del Día de Muertos en la era del “clean aesthetic”
En los últimos años, el Día de Muertos —una de las tradiciones más coloridas y profundas de México— ha comenzado a verse diferente. Muy diferente.
Donde antes había papel picado multicolor, calaveras de azúcar y cempasúchil por montones, ahora hay velas blancas, flores secas, manteles beige y tipografías minimalistas.
El nuevo protagonista de las redes: el “altar aesthetic”.
Pero detrás de la estética cuidada y los filtros en tonos neutros, ha surgido un debate que va mucho más allá del diseño: ¿estamos transformando nuestras tradiciones en productos visuales para el algoritmo?
La estética que todo lo limpia
El término “clean aesthetic” nació en TikTok y Pinterest como una tendencia visual: espacios ordenados, tonos suaves, armonía visual. En un mundo saturado de estímulos, esta estética ofrece paz… y muchos likes.
Y, como era de esperarse, llegó a las ofrendas del Día de Muertos.
En redes sociales abundan videos de jóvenes mostrando sus altares con fondos blancos, velas delgadas y flores naturales en jarrones minimalistas. Todo perfectamente curado.
La intención puede ser buena —honrar a los difuntos de una manera moderna—, pero para muchos mexicanos, esta reinterpretación roza la superficialidad o incluso la apropiación visual.

Tradición vs. tendencia
El Día de Muertos no solo es una “estética mexicana”; es un sistema de creencias que mezcla lo indígena con lo católico, la vida con la muerte, lo solemne con lo festivo.
Su fuerza está en el exceso: colores vibrantes, aromas intensos, ruido, comida, fotos, recuerdos.
Reducirlo a una paleta beige es, para muchos, vaciarlo de significado.
Críticos en redes sociales lo han expresado así:
“El altar no es decoración. Es memoria.”
“No se trata de que combine con tu sala, se trata de que hablen tus muertos.”
Otros defienden la tendencia: argumentan que las tradiciones evolucionan, que cada generación puede reinterpretar la forma en que recuerda, y que el valor simbólico no se pierde por hacerlo con un estilo más sobrio.
La pregunta de fondo no es si está “bien” o “mal” hacerlo diferente, sino qué estamos buscando cuando adaptamos nuestras tradiciones al lenguaje visual de las redes: ¿conectar o destacar?

El algoritmo también tiene opinión
No podemos ignorar que el “aesthetic” es también una estrategia.
El contenido visualmente atractivo tiene más probabilidades de volverse viral. Las marcas lo saben. Los creadores lo saben. Y ahora, incluso las tradiciones lo saben.
Cada altar aesthetic en TikTok o Instagram se convierte, en cierto modo, en una vitrina cultural exportable. Pero también en un recordatorio incómodo: lo que era ritual ahora se convierte en contenido.
¿Hasta qué punto las plataformas están moldeando la forma en que vivimos y mostramos nuestras costumbres?
¿Estamos compartiendo nuestras raíces o editándolas para que “entren” en el feed?
@lvn_noticias Ya no hay color en los altares de muertos, la tradición ha sido blanqueada. ? Esta tendencia ha generado debate en redes. ¿Qué opinas tú? #DíaDeMuertos #Altar #Ofrenda #Aesthetic ? sonido original – lvn_noticias
Tradición 2.0: resignificar sin borrar
Quizá el reto no sea “volver” a lo tradicional ni renunciar a lo moderno, sino encontrar equilibrio.
Una ofrenda puede ser estética sin perder sentido, siempre que haya intención, memoria y respeto detrás.
El riesgo no está en el minimalismo, sino en el olvido: en que el altar deje de ser un puente con los muertos para convertirse en un set de grabación.
En palabras de una usuaria que generó debate en X:
“Puedes usar velas blancas si quieres. Solo no olvides por quién las enciendes.”
Para reflexionar
El “clean aesthetic” del Día de Muertos no es solo una moda visual; es una señal de cómo las generaciones digitales están reescribiendo las formas de recordar, de compartir y de pertenecer.
Lo interesante será observar si esta tendencia logra evolucionar hacia un diálogo entre lo moderno y lo ancestral, o si terminará siendo otro ejemplo de cómo el algoritmo transforma lo sagrado en contenido.
Y tú, ¿qué opinas?
¿Crees que los altares aesthetic son una nueva forma de expresión o una pérdida de identidad cultural?





